«No sobrevive el más fuerte de la especie, ni el más inteligente,
sino el que mejor reacciona ante el cambio».
Darwin

Como adelantaba en el anterior post, “El Cambio”, no resulta fácil simplificar en pocas líneas un tema tan complejo y de ahí que haya decidido añadir un segundo post sobre el mismo tema.

Pero en estas líneas, me gustaría ofrecerte algunas ideas y conceptos genéricos para empezar a comprender y poder afrontar el gran reto de hacer frente al cambio, de adelantarnos a él para tener el control evitando así ser continuamente “arrastrados” por las tormentas de este gran ciclón.

El primero de ellos es el PENSAMIENTO, vivimos como pensamos, nuestro gran procesador de información, el cerebro, filtra en interpreta los datos que le llegan en función del tipo de pensamiento que tengamos: optimista, catastrofista, realista, …condicionándonos en gran medida la forma de percibir cada estímulo y cada situación a la que nos enfrentamos.

“Uno de los mayores obstáculos es nuestra manera de pensar”

Con la manera de pensar no se nace, se hace. Por tanto, podremos ejercitarnos para modificar nuestros pensamientos “negativos o nocivos” y reconducirlos hacia otros “positivos o alimentadores” que nos lleven a una interpretación más fructífera de la realidad y por supuesto, que nos permita afrontar el cambio con mayores garantías de éxito.

Pero el gran protagonista en el guión del cambio es el MIEDO.

Al fracaso, al éxito, al compromiso, al rechazo… a perder nuestra falsa sensación de seguridad y estabilidad que nos ofrece “lo conocido”, aunque nos esté haciendo sufrir.

Nos paraliza, nos impide pensar con claridad, trabajar en nuestra labor de mejora de nuestra autoestima y bienestar.

«Más vale malo por conocido, que bueno por conocer».

Ante una situación desagradable, difícil o incómoda, ¿cuántas veces tu pensamiento se centra en que no hay nada qué hacer? que es muy difícil o que es posible que lo mejor sea no arriesgarse.

Recuerda lo que dijo Einstein:
«Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo».

Puedes encontrar miles de consejos, métodos e informaciones sobre el cambio, el pensamiento y de cómo mejorar tu vida. Yo te propongo un pequeño ejercicio para empezar a practicar todo esto de modificar pensamientos, afrontar el cambio e incluso ser capaces de adelantarnos a él o por qué no, favorecer que ocurra.
Escoge una situación de tu vida en la que lo que estás haciendo o en el punto en que te encuentras no te proporciona el bienestar que querrías tener o sentir.

Escribe a continuación cómo te vas a sentir cuando reviertas esa situación, cómo a va ser tu vida al respecto.

Ponte cómodo/a y cerrando los ojos, imagina que ya has conseguido tu objetivo y estás en la nueva situación en la que has eliminado lo que te hacía estar mal: ¿cómo te sientes? ¿cómo te comportas? Grábate esa nueva imagen en tu mente, es tu objetivo.

Ahora piensa en qué necesitas para conseguir cambiar la situación inicial y llegar a ese objetivo. ¿Qué crees que puede suceder? ¿te produce algún “miedo” al pensar en cambiar?

Analiza qué es lo que te da miedo al pensar en cambiar, revisa esos temores y comprueba cuánto tienen de realidad. Lo más probable es que los imagines un poco exagerados (el 90% de las cosas negativas que creemos que van a pasar, nunca suceden)

¿Por qué pensar en lo peor si puedes imaginar lo mejor? Recuerda que tú eres el dueño de tus pensamientos. Tú los creas y tú tienes la capacidad de cambiarlos por otros.
Y cuando modificamos nuestra manera de pensar, también cambia nuestra actitud, nuestros sentimientos y la forma que tenemos de ver la vida.

Manuel Sago

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